jueves, 30 de junio de 2016

La pasión... Clarice Lispector



“La palabra y la forma serán la tabla donde flotaré sobre las olas inmensas de mutismo.
Y si estoy retrasando el comenzar es porque no tengo guía. El relato de otros viajeros me ofrece pocos detalles respecto del viaje: todas las informaciones son terriblemente incompletas.

Siento que una primera libertad se apodera poco a poco de mí (..)

Quiero saber lo que, al perder he salido ganando. Pero ahora no sé: solamente al revivirme es como voy a vivir. Pero, cómo revivirme? Si no tengo una palabra natural que decir: tendré que fabricarme la palabra como si lo que me aconteciera fuese crear?

Voy a crear lo que me ha acontecido. Sólo porque vivir no se puede narrar. Vivir no es vivible. Tendré que crear sobre la vida. Y sin mentir. Crear sí, mentir no. Crear no es imaginación, es correr el riesgo de acceder a la realidad. Entender es una creación, mi único modo. Precisaré con esfuerzo traducir señales telegráficas, traducir lo desconocido a un idioma que desconozco, y sin entender siquiera para qué sirven las señales.

Hablaré en ese idioma sonámbulo que, si estuviese despierta, no sería lenguaje..”

Clarice Lispector “La pasión según G.H”




Ya escondí un amor con miedo de perderlo, ya perdí un amor por esconderlo.
Ya estuve en manos de alguien por miedo, ya tuve tanto miedo al punto de ni sentir mis manos.
Ya expulsé de mi vida a personas que amaba, ya me arrepentí por eso.
Ya pasé noches llorando hasta caer de sueño, ya me fui a dormir tan feliz al punto de ni conseguir cerrar los ojos.
Ya creí en amores perfectos, ya descubrí que no existen.
Ya amé a personas que me decepcionaron, ya decepcioné a personas que me amaron.
Ya pasé horas frente al espejo intentando descubrir quien soy, ya tuve tanta certeza de mí al punto de querer desaparecer.
Ya mentí y me arrepentí después, ya dije la verdad y también me arrepentí.
Ya fingí no dar importancia a las personas que amaba, para mas tarde llorar silenciosa en mi canto.
Ya sonreí llorando lágrimas de tristeza, ya lloré de tanto reír.
Ya creí en personas que no valían la pena, ya dejé de creer en las que realmente valían.
Ya tuve crisis de risa cuando no podía, ya quebré platos, copas y vasos de rabia.
Ya eché de menos a alguien pero nunca se lo dije.
Ya grité cuando debía callar, ya callé cuando debía gritar.
Muchas veces dejé de decir lo que siento para agradar a unos, otras veces dije lo que no pensaba para lastimar a otros.
Ya fingí ser lo que no soy para agradar a unos, ya fingí ser lo que no soy para desagradar a otros.
Ya conté chistes y más chistes sin gracia para ver a un amigo feliz.
Ya inventé historias con final feliz para dar esperanza a quien lo necesitaba.
Ya soñé demasiado, al punto de confundir con la realidad.
Ya tuve miedo de la oscuridad, hoy en la oscuridad "me encuentro, me agacho, me quedo ahí"
Ya casi innumerables veces pensando que no me iba a levantar, ya me levanté innumerables veces pensando que no caería más
Ya llamé a quien no quería solo para no llamar a quien realmente quería.
Ya corrí tras un carro, porque se llevaba a quien yo amaba.
Ya llamé a mi madre en el miedo de la noche huyendo de una pesadilla, mas ella no apareció y la pesadilla fue aún mayor.
Ya llamé "amigo" a personas cercanas y descubrí que no lo eran, algunas personas nunca necesité llamarles nada y siempre fueron y serán especiales para mí.
No me den fórmulas exactas, porque no espero acertar siempre.
No me muestren lo que esperan de mí, porque voy a seguir mi corazón.
No me hagan ser lo que no soy, no me inviten a ser igual, porque sinceramente soy diferente.
No sé amar a medias, no sé vivir de mentiras, no sé volar con los pies en la tierra.
Soy siempre yo misma, mas ciertamente no seré la misma para SIEMPRE!
Gusto de los venenos más lentos, de las bebidas más amargas, de las drogas más poderosas,
de las ideas más locas, de los pensamientos más complejos, de los sentimientos más fuertes
Tengo un apetito voraz y los delirios más locos.
Me puedes hasta empujar de un acantilado que yo voy a decir:
-¿Y qué? ¡AMO VOLAR!

Clarice Lispector

sábado, 25 de junio de 2016

Edmond Jabés - A ti que crees que existo



"El verdadero lugar de la palabra es el desierto" Edmond Jabés

Edmund Jabés (1912-1991) nació en El Cairo.
En 1957 debido a su condición de judío, se vio forzado a abandonar su país. Se instaló en París, donde publica, en 1959, Je batis ma demeure, con prólogo de su amigo Gabriel Bounoure. Esta obra monumental, verdadera Biblia poética, recoge la mayor parte de sus textos antes de su exilio: poesía, aforismos, prosa poética, en los que refleja su arraigo en una tradición y una cultura (judaísmo y escritura, son para Jabés, una misma espera y una misma esperanza) además del esfuerzo por trascender la poesía tradicional en nombre de una escritura que sin pertenecer a ningún género los contenga a todos.





En L'écorce du monde, Jabés escribe "Entrego a las palabras mi inquietud. Me esfuerzo por responder a sus preguntas, que son mis ardientes interrogaciones" Y en la entrevista con Serge Faucherea, publicada en el número que le dedicó en la revista Instants (1989), Jabés afirma que la palabra es un vestigio de Dios, aún cuando Dios no exista; la palabra dicha o escrita, conlleva un riesgo incalculable, ya que al usarla, nos exponemos. Y ese es el riesgo que asume el escritor" Edmund

Jabés escribió otros dos libros de poemas: Recit (1980) y La mémoire et la maine (1974-1980)
Los aforismos seleccionados pertenecen a Les mots tracent (1943-1951) y Du blanc des mots et du noir des signes (1953-1956)

Aforismos

Toda puerta tiene por guardián a una palabra. (Santo y seña, palabra mágica)

La frase muere una vez compuesta. Las palabras le sobreviven

Hacer visible a la palabra, es decir, negra.

En un poema, el eco es tan importante como el silencio

Las palabras circulan vestidas de aliento

Hay palabras que nunca han tocado tierra

Pronunciada, la palabra vuela; escrita, nada

Los poemas son cadenas montañosas cuyas cimas de diversa altura, están formadas por una o varias palabras con inmenso poder de atracción.

Tu pensamiento te engaña

Sin pensamiento, sin deseo, cortados todos los nudos

La poesía sólo tiene un amor: la poesía

Hay una orden del silencio, con sus santos, sus sacerdotes y sus profetas

Cuando los hombres estén de acuerdo acerca del sentido de cada palabra, la poesía ya no tendrá razón de ser

Hacer callar al silencio, despanzurrar a las ratas

Dócil a la voluntad del escritor, la imagen se doblega a un matrimonio de conveniencia. Durante su vida esperará al lector del divorcio.

Las palabras despliegan cintas de sombra alrededor de la claridad conquistada

Releerse: encontrarse solo, en la sala engalanada, inmediatamente después de la fiesta

Las palabras eligen al poeta

El pensamiento permite a las palabras llegar al poder

Exteriorizar; devolver su voz al universo






A ti que crees que existo,
cómo decir lo que sé
con palabras cuyo significado
es múltiple;
palabras, como yo, que cambian
cuando se las mira,
cuya voz es ajena?

Cómo decir
que no soy
pero que, en cada palabra,
me veo, me oigo, me comprendo,
a ti, cuya realidad
renovada
es la de la luz
a través de la cual
el mundo cobra conciencia del mundo
perdiéndote
pero que respondes
a un nombre
prestado?

Cómo mostrar lo que he creado
fuera de mí,
hoja tras hoja,
donde todo rastro de mi paso
está borrado
por la duda?

A quién se le han aparecido esas imágenes
que ofrezco?
Reivindico, en último extremo, lo que me es debido.
Cómo demostrar mi inocencia
cuando el águila ha volado de mis manos
para conquistar el cielo
que me atenaza?
Muero de orgullo en el límite
de mis fuerzas.
Lo que espero está siempre más lejos.(...)

Edmond Jabés







Exterior es el límite. Interior, lo ilimitado.
Para preparar mejor al hombre a morir del hombre, creó Dios el tiempo?
Para dejar a Dios el tiempo de morir de Dios, concibió la eternidad el hombre?

El instante muerde en la duración, nunca sobre la eternidad, que es duración incontrolable.

¿Y si el ayer -oh noche clavada, todo mi pasado- se rehusara a abdicar?
No hay palabra que no esté, desde ya, envuelta en porvenir.
El dolor, la desgracia, acceden, ellos también, a la mañana.

Uno se pregunta en la noche; pero movida por la comprensible necesidad de mirar y, para nosotros, de mirarnos en ella, la pregunta está siempre vuelta hacia la luz.
La luz de la pregunta nunca es sino la pregunta a la luz.

Hay que haber llorado mucho para apreciar una sonrisa: arco-labios. Arco-iris.
No puedo conocer a otro sino a través de mí. Pero quién soy?
¿El fuego conoce el fuego?
¿El bosque conoce el bosque?

Es la madera que consume que el fuego le debe el ser fuego; como el bosque, al fuego que lo reduce a las cenizas, le debe el haber dejado de ser un bosque.

Fragmentos de "El libro de las preguntas"
Edmond Jabés

lunes, 20 de junio de 2016

Deseo de Analista



Deseo de Analista

Z.E.: ¿Cómo se entiende esto de la libertad?

I.V.: No poniéndoles a todos los pacientes el corset obsesivo que yo me inventé para trabajar.
No todos los pacientes pueden acomodarse al corset anglosajón de no llegar un minuto más tarde
o, si pide cambio de horario, tener que interpretarlo.
En algunos casos es válido, y en otros es querer meter allí todas las estructuras.

Z.E.: En relación al concepto de contratransferencia. ¿cuál es el otro aporte de Lacan y cuáles son sus incidencias prácticas?

I.V.: Lacan critica el concepto de contratrasferencia para conmover la posición del analista que quiere ponerse al margen de los efectos de los cuales él es responsable. Lacan habla sólo de transferencia. Cuando uno decide aceptar un paciente en análisis, suponer que el paciente cambia y el analista resulta indemne es una ingenuidad. Hablar sólo de transferencia, es decir, que ambos - analizante y analista- estamos en la misma sartén permite estar atentos a los efectos que eso provoca en nosotros. Reconocer que el psicoanálisis es una práctica imposible. Una práctica que tiende a centrifugar al analista de su lugar. El embudo de las palabras de nuestros pacientes conduce, en última instancia, a sexo y muerte. Soportar eso no es fácil para nadie, ni siquiera para el analista. Lacan sustituye el concepto de contratransferencia por el de deseo del analista. El beneficio de esto es ¨ético".
Que el analista no se desentienda de su implicación. El arte del analista es ver qué hace con eso que el discurso del paciente le provoca: Si aceptó un análisis que se haga cargo (como dijo Freud) de "la caja de Pandora".

Entrevista a Isidoro Vegh
De: D. Lopez y F. Torricelli



Enigma encarnado

de marca, escucha y acentuación.

Como voz

codificando el canto...

Si surco la humanidad histórica

del ombligo del sueño

tropieza el deseo y la falta

convertido en fantasma.


Ya agonizó la ilusión

aprisionada de energía libre

en fuego que va pariendo vulnerable.

....

Mi cuestión es indulgente

a la mar eficaz

Deseo de no deseo...?

saber del sabor de la luz



cómo ser allí donde no sé quién soy?

Dime entonces la palabra que transforme

lo profundo

inconsciente en implosiva implicación...


Imposible!

21-12-08

(del deseo del analista)