sábado, 10 de agosto de 2013

Charles Baudelaire - Insondables (Peri Rossi - Alex Muñoz) - Mudanza (Fabio Morabito) - Girondo


¿Vienes del cielo profundo o sales del abismo, Oh, Belleza?.
Tu mirada, infernal y divina,
Vierte confusamente la buena acción y el crimen,
Y puedo por eso compararte al vino.
Contienes en tus ojos el ocaso y la aurora;
Esparces perfumes como una tarde de tormenta,
Tus besos son un filtro y tu boca un ánfora
Que vuelven cobarde al héroe y valiente al niño.
¿Sales del negro abismo o bajas de los astros?
El Destino hechizado te sigue como un perro;
Siembras al azar gozos y desastres,
Y gobiernas todo sin responder a nada.
Marchas sobre los muertos, Belleza, de los que te burlas;
De tus joyas, el Horror no es la menos encantadora,
Y el Asesinato, entre tus más queridos colgantes,
Sobre tu vientre baila orgullosamente.
La efímera deslumbrada vuela hacia ti, candela,
Crepita, arde y dice: ¡Bendigamos esta antorcha!
El amante jadeando inclinado sobre su bella
Parece un moribundo acariciando su tumba.
¿Qué importa que tú vengas del cielo o del infierno,
¡Oh Belleza!, ¡monstruo enorme, espantoso, ingenuo!,
Si tus ojos, tu sonrisa, tus pies, me abren la puerta
De un Infinito al que amo y nunca he conocido?.
De Satán o de Dios, ¿qué importa?
Angel o Sirena, ¿Qué importa, si tú haces, hada de ojos de terciopelo,
Ritmo, perfume, fulgor, ¡oh, mi única reina!
Menos horrible el universo y menos pesados los instantes?.

Charles Pierre Baudelaire



Contemplando la infinitud celeste
de una mar parejo vasto e inabarcable
parejo
vasto
inabarcable

la mujer
sola frente al mar

Irresistible, le da la espalda
Entonces contempla
la arena azul
la infinitud de la arena
pareja vasta inabarcable
Mar y mar.

Cristina Peri Rossi



Crucifícame a tu anatomía,
que sean mis clavos
las yemas de tus dedos.
Bendíceme
marcando a fuego en mi dermis
tus estigmas.
Haz de mi silueta tu frontera,
de mi cuerpo el milagro
custodiado en tu templo.
Y en el ritual de nuestra veneración,
devora mi carne,
bebe mi sangre
porque sólo yo he sido el elegido
para saciar tu rezo.

Alex Muñoz


Mudanza


A fuerza de mudarme
he aprendido
a no pegar los muebles a los muros,
a no clavar muy hondo,
a atornillar sólo lo justo.
He aprendido a respetar las huellas
de los viejos inquilinos:
un clavo, una moldura, una pequeña ménsula
que dejó en su lugar
aunque me estorben.
Algunas manchas las heredo,
sin limpiarlas.
Entro en la nueva casa
tratando de entender,
es más,
viendo por dónde habré de irme.
Dejo que la mudanza se disuelva como una fiebre
como una costra que se cae;
no quiero hacer ruido,
porque los viejos inquilinos
nunca mueren.
Cuando nos vamos,
cuando dejamos otra vez los muros
como los tuvimos,
siempre queda algún clavo de ellos
en un rincón
o un estropicio
que no supimos resolver...

de "Lunes todo el año" de Fabio Morábito

La niñez, ese instante, "testigo por excelencia" en el "goce de una libertad de mirada mucha mayor que un adulto", ese "alter ego ideal del narrador" esa neutralidad de condición que permite escrutar con mayor
agudeza en las grietas del diario acontecer...y así soltar las riendas en la mirada y en la voz

Es que hay algo fijo en la oruga que le impida ser mariposa?
o sólo ensamblajes provisionales que un día se disgregarán?
todo depende del tono, del ángulo de la mirada, del escenario elegido
y yo de este lado del muro.


Girondo

Y para acá o allá y desde aquí otra vez y vuelta a ir de vuelta y sin aliento y del principio o término del precipicio íntimo hasta el extremo o medio o resurrecto resto de éste o aquello o de lo opuesto y rueda que te roe hasta el encuentro y aquí tampoco está y desde arriba abajo y desde abajo arriba ávido asqueado por vivir entre huesos o del perpetuo estéril desencuentro a lo demás de más.


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