lunes, 17 de septiembre de 2018

"El libro que vendrá" (le livre à venir) M. Blanchot - Mae Yemanjá



“¡Qué cosa asombrosa es un libro!
Es un objeto plano hecho de un árbol con partes flexibles en el que se imprimen gran cantidad de garabatos oscuros o divertidos.
Al leerlos es como entrar dentro de la mente de otra persona, tal vez alguien muerto hace miles de años.
A través de los milenios, un autor habla clara y silenciosamente dentro de tu cabeza, directamente.
La escritura es quizás el más grande de los inventos humanos, vinculando a personas que nunca se conocieron entre sí, ciudadanos de épocas distantes.
Los libros rompen las cadenas del tiempo.
Un libro es la prueba de que los humanos son capaces de hacer magia”.

Carl Sagan

El canto de las sirenas. El encuentro con lo imaginario...

Las Sirenas parece que cantaban pero de una manera que no satisfacía, porque sólo dejaban oír la dirección hacia donde se abrían las verdaderas fuentes y la verdadera felicidad del canto. Sin embargo, por sus cantos imperfectos, que sólo eran aún canto venidero, conducían al navegante hacia aquel espacio en donde el cantar empezaría de verdad. Por lo tanto, no lo engañaban, llevaban realmente a la meta. Pero, tras alcanzar el lugar, qué sucedía? cuál era ese lugar? Aquel en dónde sólo era posible desaparecer, porque la música, en esa región de fuente y origen, desapareció más completamente que en ningún otro lugar del mundo: mar en donde, con los oídos tapados, zozobraban los vivos y en donde las Sirenas, dando una prueba de buena voluntad también tuvieron que desaparecer un día.

De qué índole era el canto de las Sirenas? en qué consistía lo que le faltaba? porqué esa misma falta lo hacía tan potente?

...canto inhumano, ajeno al hombre, capaz de  despertar en él ese placer extremo de caer que no se puede satisfacer en las condiciones normales de la vida...extraño encantamiento...

Había algo de maravilloso en ese canto real, canto común, secreto, sencillo, cotidiano, irrealmente cantado por potencias extrañas y en verdad imaginarias, canto del abismo que una vez oído abría en cada palabra un abismo fascinante por donde se aspiraba a desaparecer...

...

Maurice Blanchot




“Estar sola con el libro aún no escrito es estar aún en el primer sueño de la humanidad." M.Duras

Caminas hacia la soledad. Yo no, yo tengo libros


 Mae Yemanjá




Mae Yemanjá, dueña de las aguas saladas
diosa del mar
madre amante, espíritu sagrado
creadora fuerza matriz de toda vida
escucha esta plegaria...

Luz de luz entre las sombras
princesa de Aioca
escucha la melodía de mis entrañas
abrazando al dios del viento

Reina de las misteriosas tierras
adorada diosa lunar de los cambios
en tu danza Yemanjá
cortas el aire con tu espada
dándome alas.

Danzo al ritmo de tus tambores
mientras tu mano izquierda roza mi nuca 
recordando el Mar del Inconsciente cósmico, origen eterno
y tu diestra en mi frente, la futura dirección



Materializa ese eterno presente, 
despertar de conciencia.. . aqui y ahora
fundiéndonos en UNO

A ti energía rebelde que acaricias mi destino
príncipe de luz...
tus ondas me están llamando
escucha lo escrito 
oculto en lo más profundo del mar

Que el mantra en mis palabras 
atraviese la aparente distancia 
abrazando tu corazón
oigo tu canto fluído magnético 
llamándome desde lo profundo

Tus manos juegan en el aire
y traen una visión ante mi
intuición de lo que acontece
la invisible llave hacia ti
paz, silencio y luz...

Naciste rebelde, antorcha ardiente
y libre...
fundido en mi Ser

6-08-08 Alicia




El planeta Tierra era todo fuego y rocas ardientes. Entonces el todopoderoso quiso que "el mundo" existiera y convirtió el vapor de las llamas en nubes. de las nubes bajó el agua que apagó el fuego. En los huecos enormes entre las rocas se formó Olokun, el Océano. Pero el mar, que es la fuente de la Vida, hizo venas en la tierra para que la vida se propagara. Esa es Iemanjá, la Madre de las aguas.



En "Casa de Luciérnagas" Irene Gruss




Pocas veces el ojo
es honesto consigo mismo.
Precisa la ficción
como el aire la boca.
El sueño ve
cosas que el ojo
ni imagina.
La honestidad no se reduce
a abrir
o cerrar
los ojos.
Parpadear debería ser constante.

El ciego descubre que le han mentido
La luz no estaba aquí, el color no era éste.
Lo supo por desilusión
y olfato. Ahora
dice que ve. Y tampoco es cierto.




De "En el brillo de uno en el vidrio de uno"(2000)
Irene Gruss


Dice el viento


El viento me habla
me dice "yo susurro yo te golpeo
pero allá, en la ciudad
alguien está esperando para golpearte
y para amarte como un susurro.
Yo voy a darte la charla de los pájaros
de los amigos
(el  mar también suele ser un susurro)
pero allá, en la ciudad
alguien está esperando para hablarte
y callarse.
Yo muevo los árboles, los días, te golpeo,
pero allá, en la ciudad
alguien está esperando para que llegues
y el viento se termine."

De "La Luz en la ventana" (1982)



La soga es el vacío
de donde cuelgo, me aferro
al vacío como la soga segura
de mí. Apenas raspa
cada vez que
me abalanzo o tiemblo, el vacío
sostiene mi forma única
de andar, hay vértigo donde
sobra espacio, mi miedo
se pierde cuando cada hilacha
afloja el sentido
concreto de la perduración. La soga
no depende. He preferido atarme
a eso.

Irene Gruss


La Inmortal Hora veinticinco






EPILOGO

-Quisiera tratar con usted una cuestión personal, Mistress West.

-Le escucho- dijo ella.

-Mrs. West, ¿acepta ser mi mujer?

El teniente Lewis se echó hacia atrás y empezó a balancearse sobre
las patas traseras de la silla.

-No acepto ser su mujer, Mr. Lewis.

-¿Tiene usted otros proyectos para el porvenir?

-No, no tengo otros proyectos para el porvenir- respondió ella- . 
Pero mi contestación es bien sencilla: no.

-¡O.K.! -dijo Mr. Lewis tras una breve interrupción- ¿Puedo conocer la razón de tal negativa?

-Si se empeña se lo diré: por nuestra diferencia de edades.

-¡No tiene sentido!

El teniente Lewis se echó a reir.

Tengo un año más que usted- dijo- Recuerde que he visto sus documentos. ¿En qué
funda usted esa pretendida diferencia de edades? Justamente es lo contrario.

-Se equivoca- dijo Nora.

 -Bromea usted- dijo Mr.Lewis-. ¿Qué edad tiene?

-Hablemos de otra cosa, ¿quiere?- dijo ella.

- No antes de que me haya dicho usted su edad.

-No es galante preguntar a una mujer qué edad tiene. Y sobre todo insistir tanto. Pero
voy a decírselo -respondió Nora-. Tengo novecientos sesenta y nueve años. Y no se
olvide que en materia de edad, las mujeres confiesan siempre menos de la que tienen en
realidad. En el fondo soy mucho más vieja.

-¡O.K., Mrs. Mathusalem!- dijo Mr. Lewis muy regocijado.

Pero Nora West ni siquiera sonrió.

Lewis, que había creído que Nora aceptaría su proposición, insistió. Pero ella volvió a repetirle
que su negativa era categórica.

-No se enfade, Mr. Lewis, pero no podría vivir veinticuatro horas con usted en la misma
habitación.

-¿Por qué? 

-Ya se lo he dicho: diferencia de edad - dijo Nora West-. Es usted un muchacho egoísta y
gentil, como todos los jóvenes. Pero yo soy una mujer perteneciente a otro mundo.

-No la entiendo.

-Por eso he rehusado darle explicaciones- dijo Nora-. Es natural que no me entienda


Tengo detrás
de mis mil años de experiencias, de renunciamientos, de tormentos, mil años que han hecho de mi lo que ahora soy. Usted tiene en su poder el presente y el porvenir. Quizá posee el porvenir. Añado ese "quizás", no porque dude, sino porque nunca puede confiarse en el futuro.

-Too sophisticated!- dijo Mr. Lewis, nervioso.

-¡Escúcheme, Mr. Lewis! -dijo Nora- . 

Después de haber escuchado las declaraciones de amor de
Petrarca, Goethe, lord Byron y Puchkin, después de haber escuchado a Traian Koruga hablarme de amor, después de haber escuchado las canciones de los trovadores y haberlos visto arrodillados ante mi como ante una reina, después de haber presenciado 
cómo reyes y caballeros se mataban por mi y haber hablado de amor con  Valery, Rilke, D'Annunzio y Elliot, 

¿como podría tomar en serio esa petición de matrimonio que me echa usted a la cara al mismo tiempo que el humo de su cigarrillo?

-¿De manera que para pedir a una mujer en matrimonio hay que ser Goethe, lord Byron o Petrarca?

-No, Mr. Lewis. Ni siquiera hay que ser Rilke o Puchkin...  Basta amarla.

-Estamos de acuerdo- dijo Lewis-. ¿Quién le ha dicho que no la amo?

Eleanora se sonrió.

-El amor es una pasión, Mr. Lewis- dijo- . 
Supongo que lo habrá oído decir, o por lo menos lo habrá leído en cualquier parte.


-Volvemos a estar de acuerdo-dijo el teniente-. El amor es una pasión.

-Pero usted es totalmente incapaz de sentir una pasión -dijo Nora-. 

Y no sólo usted. Ningún hombre de su "Civilización" es capaz de alentar una pasión. 
El amor, esa pasión suprema, no puede existir más que en una sociedad que estime que cada ser humano es irremplazable y único. 

La sociedad a la que usted pertenece cree justamente lo contrario: que cada hombre puede ser reemplazado. No ven ustedes en el ser humano, y por lo tanto tampoco en la mujer que pretenden amar, un ejemplar único creado por Dios o la Naturaleza en una sola edición. 

Para ustedes, cada hombre ha sido creado en serie. A sus ojos, cada mujer es igual a sus semejantes. Y partiendo de ese concepto, es imposible amar. Los amantes pertenecientes a mi sociedad saben que si no logran ganar el corazón de la mujer amada, les será imposible reemplazarla por ninguna otra en el mundo. Esa es la causa de que se maten con frecuencia por esa mujer. Su amor rechazado no puede hallar sucedáneo en ningún otro. Un hombre que me amara de verdad, me daría la impresión de que soy la única mujer que podía hacerle feliz. 
Me demostraría que soy el ejemplar único, que no puede tener igual en toda la superficie de la tierra. Entonces me convencería de ese hecho. Un hombre que no dé la sensación de que soy un ser único e inigualable, es que no me ama. Y una mujer que no reciba esa confirmación del ser que ama, es que no es amada. Y no creo que ninguna mujer pueda casarse con el hombre que no ama...

¿Se siente usted capaz, Mr. Lewis, de darme esa certidumbre que pido? ¿Cree usted que, buscando bien, podría reemplazarme? Supongo que será así. Usted está seguro de poder encontrar otra mujer que sea su esposa, si yo me niego a serlo. Y si esa segunda le rechaza también, intentará con una tercera...¿No es verdad?

-Cierto- dijo él-. Pero lamentaría que me rechazara usted...Palabra de honor que lo lamentaría.

-Haríamos mejor continuando el sagrado trabajo de nuestra oficina, Mr. Lewis.




Hélène Cixous de "Ver a no saber"



"Ella era una mujer, pero no absolutamente, ella era una mujer con.
Con hombre, con-contra-sin hombre o caballo o maquina de escribir.
Pero madre lo era absolutamente, en la gran soledad de las madres verdaderas: Madre. Madera. Bruta. Grande. Primitiva.

Ella era un agente que luchaba con el ángel para hacerle pronunciar su nombre, y en la lucha ella era el ángel también, el ángel angustia y el ángel calma. Paradójica.
Con la fuerza de una ventana abierta sabía que ella no era "el autor"
con autoridad de sus libros.
Sus libros eran tempestades que pasaban por encima de su persona,la atravesaban, eran más libres que ella. (...)

Pero ella no podía vivir sin un perro. Es decir sin su misterio de amor, un misterio encamado y acariciable.
Sin su filosofía sin palabras. Ella no hubiera podido vivir sin su reino próximo, el animal.
Sólo las personas iniciadas a la animalidad podrán seguir el rastro de su pensamiento amante.
Ella quería amar como se ve: sin poseer, acercándose. Como la gallina ama sin saber el huevo. Abstracta, abstraída. Pero le es más sencillo a la gallina amar distraída (el huevo) que a la madre amar bien al hijo.
Porque la madre pensó "mi hijo" el primer día.
Luego es necesario disolver el posesivo.

Si la madre es buena, es decir iniciada, mirará al hijo con la mirada respetuosa indirecta; una mirada vacía,
la mirada de una ventana o de una vaca rumiando el misterio de la maternidad. (...)

La madre no pesa más que la luz. Baña al hijo sin tocarlo-tomarlo. La luz de bendición. Silenciosa dice: veo. (...)

Se trata de adoptar y de dejarse adoptar. Conservando siempre la opción posible: la elección.
De amar un niño como se ama a un perro encontrado y a un perro como a un niño encontrado, de recibir al otro como una gracia, al otro como cualquier otro. Es un perro que no se le parece.

No me hablas en mi lengua, no eres de mi sangre, pero hablamos el mismo silencio y tu misterio mira mi misterio directamente a los ojos con una mirada límpida..." 


de "Ver a no saber" por Hélène Cixous

"Quería tener la fuerza de una ventana: y entonces miraría "afuera" con los ojos inmóviles quietos pacientes muy abiertos, enmarcados en el marco de madera, ojos de ventana. Ojos ni de afuera ni de adentro, sino exactamente en el trayecto. Y delante de semejantes ojos, las cosas intactas, preservadas de la violencia de la mirada de una persona, se mostrarían, cada una. Cumplirían con su visibilidad.
...Ver: Ojo! Porque ese ver significaba ver aparecer y respetar, ver profundamente y sin alterar, sin tomar ni colorear con el pensamiento, ver desarticulando los ojos humanos que poseen manos, ver antes que todo pensamiento. Ver las primeras cosas por primera vez (cada vez por primera vez) era su esperanza y su dificultad.
Es un trabajo, una insistencia y una pasión. Le requirió siempre la extrema lentitud de una vigilancia y la extrema rapidez de la iluminación: ella quería ver el día y el momento en que el día va a dar a luz a la noche. Para llegar a ver mejor miraba por el agujero de la lona de la tienda. Enfocar ya no tenía secretos para ella.
Sólo que a través del hueco de la cerradura se ve la habitación como si no se estuviese ahí. Hay que inventar el punto de vista más puro: ver en ausencia propia. Ver como ve Dios.
Una curiosidad sublime la incitaba a distanciarse para respetar mejor. Procuraba deshacer todas las tentaciones de apropiación, de relación. Inventar la mirada. Aquella que no fuera su propia mirada, ni la mirada de una mujer. Ella quería lo próximo sin lo propio. La coexistencia de los sujetos libres.
Tomaba del caballo un punto de vista sobre un campo de maíz. Y la vaca mira con dos puntos de vista opuestos al mismo tiempo. Ella cambiaba a menudo de punto de vista, se trataba de una danza, de una manera de pasar del interior al exterior, de un lado al otro, de lo personal a lo impersonal, de lo masculino a lo femenino, velando con todos sus ojos en la dirección al mundo. Sin olvidar el punto de vista de un faro.

A fuerza de tanto y tan bien mirar y de prestarse sin recelo a la posibilidad de una Llegada, de tanto ejercitar su ser a la sumisión al mundo, las cosas llegaban, por primera vez. Ella veía. Realizaba un descubrimiento:ser. Desnudas. Fue testigo de muchas apariciones. Y mientras surgían en el horizonte e iban precisando su presencia, ella las veía. Y cada vez se trataba del ejercicio del verbo ser: la silla es. Era la primera silla. Erase una vez una niña. Con sombrero. La niña era. Un sombrero estaba, un poco torcido sobre la cabeza. Nunca se vieron tantos comienzos. Con los ojos de una vaca o con el punto de vista de un faro, ella veía el primer grado de las cosas.
Tras el comienzo sobrevenía sin embargo un poco de duración: ella lograba, como por ruego, mantener las cosas, durante un instante, presentes. El instante era corto y profundo, y era un deslumbramiento. Durante el trozo de presente suspendido a sus pestañas le daba el tiempo a la visión: veía una ardilla, un tubo de caucho, un cable eléctrico enrollado alrededor de una plancha, un ciego masticando chicles, de pie en la parada del autobús.
Algunas visiones devastaban su vida doméstica y la proyectaban perdida en la vida salvaje. Todo era triunfo y superación de sí misma. Ella veía el uno y el todo, lo finito y lo infinito.
Ella era el resultado de haber nacido dos veces en poco tiempo, una vez en un continente, nacimiento retenido luego durante dos meses para renacer en otro continente, nacida dos veces de un viaje lento difícil y precipitado, para finalmente llegar a la lengua brasileña. Después no dejó de seguir llegando a su propia lengua con ese ligero desfase. Lo que le otorgó para siempre tener esa suerte y esa extranjeridad: adoptaba el brasileño, lo descubría nuevo en cada frase..."

Ver a no saber por Hélène Cixous
de "Un aprendizaje o El libro de los placeres" Clarice Lispector


Hélène Cixous (nació en Oran, Argelia francesa el 5 Junio de 1937) hija de una madre alemana judía asquenazí y un padre algerí judío sefardí. Feminista francesa, profesora universitaria, escritora, poeta, dramaturga, filósofa, crítica literaria y especialista en retórica.

Cuenta con grados honoríficos otorgados por las universidades Queen's University y la Universidad de Alberta en Canadá; la Universidad College Dublin en Irlanda; la Universidad de York y la Universidad College London en el Reino Unido; y la Universidad Georgetown, la Universidad Northwestern y la Universidad de Wisconsin- Madison en Estados Unidos.

Se graduó en 1959 y obtuvo su doctorado en letras en 1968. Se especializó en literatura inglesa y, en especial, en los trabajos de James Joyce. En 1968, publicó "El exilio de James Joyce o el arte de la sustitución" y, al año siguiente, su primera novela "Dedans", un trabajo semi autobiográfico que ganó el premio Médicis.





"La escritura que se atreve a vertiginosa travesía de otros, efímeras, apasionadas estancias en él, ellos, ellas, que habita el tiempo suficiente para mirarles lo más cerca posible del inconsciente y amarles lo más cerca posible de la pulsión y acto seguido, más lejos, completamente impregnada de esos breves abrazos, ella va y pasa al infinito.

Ella sola se atreve y quiere conocer desde dentro, donde ella, la excluida no ha dejado de oír el eco del pre-lenguaje. Deja hablar la otra lengua de las mil lenguas que no reconoce ni el muro de la muerte. No niega nada a la vida. Su lengua no contiene, transporta; no retiene, hace posible.

Su enunciación es ambigua, percibiéndose ser - la maravilla de ser varias; no se defiende de sus desconocidas de las que se sorprende, gozando de su don de alterabilidad.

Soy Carne espaciosa que canta: en la que se injerta nadie sabe qué yo (femenino, masculino) más o menos humano pero ante todo, vivo por su transformación.




La veo "comenzar". Eso se escribe, esos comienzos que no dejan de seducirla. Eso puede y debe escribirse.

Hay un suelo, es su suelo -infancia, carne, sangre brillante - o fondo. Un fondo blanco, inolvidable, olvidado y ese suelo, cubierto por una cantidad infinita de estratos, de capas , de hojas de papel, es su sol. Y nada puede apagarlo.

La luz femenina no procede de arriba, no cae, no sorprende, no atraviesa. Irradia; es una ascensión, lenta, suave, difícil, absolutamente imparable, dolorosa que avanza, que impregna las tierras, que filtra, brota y finalmente desgarra, humedece, separa las espesuras, los volúmenes. Desde el fondo, luchando contra la opacidad.

Esta luz no detiene, abre y veo que, bajo esta luz, ella mira muy cerca y percibe los nervios de la materia. De los que no tiene ninguna necesidad. Su despertar no es una erección. Sino difusión. No es el trazo. Es la nave. Que escriba!

Y su texto, buscándose, se conoce más que carne y sangre, pasta amasándose, levantándose, insurrecional, con ingredientes sonoros, perfumados, combinación agitada de colores flotantes, follajes y ríos, lanzándose al mar que alimentamos (...)

Más o menos aladamente mar- tierra, desnuda qué materia nos repelería?

Todas sabemos palparlas. Hablarles. Heterogénea, sí, para su gran suerte, erógena, es la erogeneidad de lo heterogéneo; no se aferra a sí misma, la nadadora aérea, la que vuela/roba.

Prófuga, asombrosa, deseosa y capaz de otra, de la otra mujer que será, de la otra que no es, de él, de ti..."


H.Cixous





En cuanto a los iniciados


Pero ella no podía vivir sin un perro.
Es decir sin su misterio de amor, un misterio encamado y acariciable.

Sin su filosofía sin palabras.

Ella no hubiera podido vivir sin su reino próximo, el animal.

Sólo las personas iniciadas a la animalidad podrán seguir el rastro de su pensamiento amante.
Ella quería amar como se ve: sin poseer, acercándose. Como la gallina ama sin saber el huevo. Abstracta, abstraída. Pero le es más sencillo a la gallina amar distraída (el huevo) que a la madre amar bien al hijo.

Porque la madre pensó "mi hijo" el primer día. Luego es necesario disolver el posesivo.

Si la madre es buena, es decir iniciada, mirará al hijo con la mirada respetuosa indirecta;
una mirada vacía,
la mirada de una ventana o de una vaca rumiando el misterio de la maternidad. (..)

La madre no pesa más que la luz. Baña al hijo sin tocarlo-tomarlo.
La luz de bendición. Silenciosa dice: veo.
No toca, emplea el tacto: como el amor es indirecto.

Pongo la mano sobre el tronco del árbol sobre el cual se está puesta tu mano.
El árbol hace de tercero interpuesto. La metonimia era su magia delicada.

Se trata de adoptar y de dejarse adoptar. Conservando siempre la opción posible: la elección.

De amar un niño como se ama a un perro encontrado y a un perro como a un niño encontrado,
de recibir al otro como una gracia, al otro como cualquier otro. Es un perro que no se le parece.

No me hablas en mi lengua, no eres de mi sangre, pero hablamos el mismo silencio
y tu misterio mira mi misterio directamente a los ojos con una mirada límpida..."

Una vez quiso acercarse al hombre que fue mas solo del mundo por haber llevado el amor desde el niño hasta Dios. Ella quiso acompañar a Abraham al Monte Moria, allá en donde tiene lugar el sacrificio del huevo y de la gallina.

Pero como puede una persona pretender compartir la soledad absoluta de aquel que es tan extremadamente humano que puede responder a Dios frente a frente. Es imposible.
Entonces se hace el asno.
Trotaba al lado de ese hombre que subía más alto que el mismo libremente y sin temor.
Arriba todo era absoluto. El cielo: absoluto. La luz: absoluta.
La vida: absoluta. La muerte: desconocida.

Siempre soñó con saltar de lo conocido a lo desconocido. Luego de lo desconocido a lo conocido.

Eso fue sin duda lo que hizo. El asno murió con alegría.
Ella murió una primera vez por encima de toda la humanidad.
Luego bajó de la montaña para morir otra vez ante testigos.
Para finalizar?
Nunca había fin.

La ventana del libro se cerraba. Uno de los gallos de su zoológico lanzaba el grito del día.
Siempre tenía apenas el tiempo de saltar fuera hacia la noche siguiente.

Entonces venía:

...


viernes, 14 de septiembre de 2018

Intuicion, Inocencia Y Fe - Altazor (Huidobro)






“no abandones tus tres grandes e inquebrantables amigas: la intuición, la inocencia y la fe."

George Gurdjieff




¿Has visto al niño que cantaba
sentado en una lágrima?
El niño que cantaba al lado de un suspiro
o de un ladrido de perro inconsolable?
¿Has visto al arco iris sin colores?
Terriblemente envejecido
que vuelve del tiempo de los faraones?

El miedo cambia la forma de las flores
que esperan temblando el juicio final
Una a una las estrellas se arrojan por el balcón
El mar se está durmiendo detrás de un árbol
con su calma habitual
porque sabe desde los tiempos bíblicos
que el regreso es desconocido en la estrella polar

Ningún navegante ha encontrado la rosa de los mares
La rosa que trae el recuerdo de sus abuelos
Del fondo de sí misma
Cansada de soñar
Cansada de vivir en cada pétalo
Viento que estás pensando en la rosa del mar
Yo te espero de pie al final de esta línea
Yo sé donde se esconde la flor que nace del sexo de las sirenas
En el momento del placer
cuando debajo del mar empieza a atardecer
Y se oye crujir las olas
Bajo los pies del horizonte
Yo sé yo sé donde se esconde

...

Altazor - Huidobro


lunes, 10 de septiembre de 2018

A un pintor - Energia creadora





¨Si con el estilo y los colores tu arte ha igualado a la naturaleza, en cambio, casi su precio has menguado entregandonos mas bella su hermosura.

Cuando con docta mano te pusiste en mas noble trabajo, a escribir, si a ella aun le quedaba parte de su valor, todo se lo quitaste dando vida a otros seres.

Mas tornando vivos los recuerdos de los otros, ya extintos, haces que, a pesar de ella,
ellos y tu vivan eternamente.¨



A Giorgio Vassari, para felicitarlo por manejar la pluma tan habilmente como el pincel 
de ¨Revelaciones artisticas y autobiograficas.¨ Miguel Angel





Ella canta.

Canciones con frases escogidas. Las oigo y se me despierta el amor.

Se me ilumina la vida de mil colores. Olvido aquellas manchas.

Frases con su propia melodía. Frases de significado difícil. Frases que me hacen pensar.

Frases que aparentemente hacen desconfiar. Pero son frases que descubren mi fragilidad.

Melodías que ya me gustaría inspirar. Melodías y frases que alimentan mis raíces.

Música y palabras que aseguran mi crecimiento. Coherencia muy difícil de traicionar.

Ella sueña la música y busca las letras en el futuro.

Ordena las notas y encaja el verbo en el sitio preciso.

Así ella me cuida de la cordura. Así alimenta los mundos de mi alma.

Y logra que finalmente mi vida tenga sentido. Me inventa tierras en el horizonte.

Y sopla su viento contra las velas de mi barca. Simplemente ella, tierna y ligera.

Hace su trabajo en la madrugada. Y antes de irse hace sonar la campana.

Y yo abro los ojos ante la sonora caricia. Me levanto y ando por el camino trazado.

Y busco los cofres que dejó olvidados. Los abro y me alimento.

Entonces desembarco. Descanso en su cálida arena.

Sonrío como aquel que terminó la espera.

Se va poniendo el sol, su voz se va apagando.

Enciendo una hoguera y confío en su vuelta.


Gaiar



Se dice que cuando se le preguntó a Miguel ángel cómo podía esculpir ángeles tan hermosos, él dijo: " veo al ángel en la piedra y quito todo lo que le rodea."

Reprogramar la imagen de nosotros mismos es muy similar a todo esto.

lunes, 3 de septiembre de 2018

Una Noche - Caracol come libros





Quién anda ahí? Me preguntó mi propia sombra
Y ni tardo ni perezoso le contesté así:

"Por supuesto que no eres tú ,sino yo, que aunque caminemos juntos bajo el sol, nunca hemos tenido la suerte de mirarnos las caras...y de confundir nuestros propios rostros.

Entonces, ante el silencio de mi sombra, cuya mente era de reflejos lentos, y envalentonado con mi respuesta, me atreví, -si, "me atreví" a mirarme al espejo

(No sabías que "el acto de heroísmo supremo en la existencia es mirarse al espejo?)
pero no pude ver mi rostro. Sólo vi una sombra. Mi sombra de nuevo. Mi propia sombra.

....Pero, con todo, aún me sentía muy valiente, pues había dejado a mi sombra

paralizada con mi respuesta...

Fui hacia la ventana. Recorrí la cortina y contemplé las estrellas. Les dije a éstas:

"Misteriosas hadas de la noche, no se asusten que no quiero tocarlas con las manos, me basta con que me guiñen el ojo. Lo sé. Soy desinteresado. Como yo, quedan pocos...

Mi sombra que estaba pegada al espejo, volvió a encontrarse a sí misma y me dijo, con un tono desafiante y altanero: Cómo puedes estar seguro cuál de los dos es la sombra del otro?

Yo dudé ante su inesperada y astuta pregunta, porque recordé que, en efecto, no había podido mirar mi rostro reflejado en el espejo...

Entré en dudas. Había dudado de tantas cosas durante toda mi vida y en tal variedad de ocasiones!

Pero en este momento, la duda, era una situación en la que no deseaba permanecer, de modo que, "quise salir de dudas". Al mismo tiempo, algo dentro de mí, me decía que si lograra salir de dudas, definitiva y completamente, estaría perdido.

Habría perdido la muerte que es de las pocas certidumbres que tenemos. La más firme de ellas, a la que nadie escapa. Sin embargo, la muerte es la madre que ha engendrado todas las incertidumbres...

Porque hemos de morir, dudamos de nosotros mismos; porque dudamos, actuamos...

Tratando de reflexionar lo más de prisa que me era posible, le repliqué a mi sombra:

"Querida, en el pensamiento nada es imposible. La realidad es la que nos obliga a tocar tierra. Todos podemos volar, pero caminar con los propios pies, eso es lo que realmente cuesta.

Dime: si yo fuera tu sombra, por qué entonces estás bajo mis pies, acechándome por detrás y mucho más de cerca que el perro más fiel?

Mi sombra desapareció cuando un corto circuito oscureció la ciudad entera.

No quise encender las velas para darle tiempo a pensar su siguiente respuesta, hasta el día siguiente, bajo los rayos del sol que nos visitaría desde el oriente.

Aproveché esta pausa para irme al único refugio seguro: mi cama.

No sombras, no espejos, no dudas, no estrellas, no corto circuitos en la ciudad, sólo sueños, benditos sueños...


Dargos Martin





Caracol come libros


Tengo un amigo que se llama Leído. El no camina, se desliza.Vive aislado, le ha cogido el gusto al “relacionalicus interruptus”, consigo y “con-otros”.
Nómada solitario, podría vivir en una biblioteca, en el pico de una montaña, o en una sala de cine alternativo que proyecta películas de difícil comprensión. 
Decir lento es poco, puede estar todo un día para recorrer la distancia que va de un talón a la punta de ese mismo zapato… se para a cada segundo para observar y analizar cualquier detalle que se encuentra en su camino. Caminante solitario que ya no busca, ni compite por las miradas de los otros.

Sus ojos no terminan de mirar hacia afuera, parecen vueltos hacia si mismo, reteniéndose, sin llegar a posarse en objetos o persona, como ave temerosa de aterrizar en una rama quebradiza… dejó de vivir en este mundo, se auto-excluyó por el dolor sufrido hace un tiempo… rechazo de personas que no supo sostener. 
Nunca pide nada a nadie, no quiere deudas , ya que poco tiene, y menos que quiere necesitar. Pero mientras ese momento de absoluta libertad llega, va acumulando cosas, conocimiento, llenando su mochila de Diógenes, por las carencias que en un futuro se le pudieran inseminar. 
Su casa es refugio en movimiento. Su hogar, el interior de enroscada dureza… su mundo, contenido por completo, en inerte cascarón.Todo lo filtra por el estrecho colador de la razón. Lo desgrana, organiza, memoriza y archiva, poniéndole etiquetas a todo, sin ser capaz de olvidar, borrar, formatear, soltar lo que le entra. Es como el preso que en el comedor, protege su plato de comida con el brazo, para que no llegue otro y se lo lleve. 

Se desconecta de su cuerpo para no sentirlo, no padece ya dolor ni miedo… no siente tampoco alegría, placer o amor… A veces piensa que siente algo en su estómago, algo que no sabe identificar claramente, y que tras un detallado análisis estadístico de síntomas y situaciones recurrentes, cae en cuenta, que lleva 10 horas leyendo la “biblia” de fotografía profesional de profundas fosas oceánicas, o un artículo inédito del national geografic acerca de los hábitos nocturnos del pez rosado con manos, de Tasmania… y todo esto sin comer. “Hambre” exclama en un estallido de euforia por su descubrimiento, hambre es lo que le pasa a su estómago. 
Pasa de la hipersensibilidad de su tierna y delgada piel, de su fino percibir, a la insensibilidad de su caparazón, que lo protege y al mismo tiempo lo aísla del mundo exterior, que baja el volumen de sus sentidos y consciencia, llevándolos a dos centímetros por debajo de su piel. 
Y desde un agujerito en su dura coraza, observa el mundo, protegido y asustado. 
Piensa que nunca será suficiente la información que tenga del mundo para salir a él, para vivirlo sin sufrirlo… Nunca tendrá suficiente… y con el temor a perder lo que tiene, aprieta su puño… y fin al compartir y compartirse… Se vuelve avaro de su tiempo y presencia… 
Cuando andas cerca de estos “caracoles” hay cierta distancia infranqueable entre ellos y tu, hay una especie de cortina de humo que vela sus ojos… viendo sus corazas casi siempre… y a veces al tierno caracol.
Sus presencias son tan ligeras, silenciosas y discretas, que ha veces no se oyen sus pasos, camuflados, fácilmente se les pisa, se les rompe…

Hace un tiempo, mi amigo caracol, oyó que un curandero caracolero que podía leer el futuro en las babas, había dicho que la única verdadera manera de evolucionar como ser “caracóleo” era dando un salto al vacío. Leído, que era exageradamente curioso, lo probó… lentamente se subió a un árbol.Tres días después llegó a su copa, y desde allí se lanzó pensando quizás que le saldrían alas… pero cayó y se cascó. 

Tres semanas después, ya se había recuperado, y no había “cara-cool” más guay, intrépido y veloz que él.Y es que del “cascaje” se quedó con solo la mitad de su personaje. 
Esta pasada noche, mi nuevo amigo cara-cool se soñó búho… mirando con ojos muy abiertos y curiosos… hoy su presencia era otra, ya no solo había “teras” sin fin de información en el disco duro de su psique… se había hecho delete y borrándose, se olvidó de si, se reinició. 

Ahora cuando respira, ya no retiene el aire que le entra, se alimenta de él y luego lo deja ir por completo, desapegado suelta lo que ya no le sirve y así puede llenarse de fresco alimento.
Da espacio a lo nuevo y camina ligero, como un “loco” que no necesita nada. 

Ahora tiene “conocimiento”, del que llega después de haber vivido, de haber saltado, volado, caído y levantado… el que se haya cuando cerramos los libros y andamos descalzos sobre la tierra que nos sostiene, mirando hacia el misterio que encierra la bóveda del cielo que nos “techea” (techo-teach- aprendizaje).

Por Jaume Xicola