lunes, 17 de septiembre de 2018

En "Casa de Luciérnagas" Irene Gruss




Pocas veces el ojo
es honesto consigo mismo.
Precisa la ficción
como el aire la boca.
El sueño ve
cosas que el ojo
ni imagina.
La honestidad no se reduce
a abrir
o cerrar
los ojos.
Parpadear debería ser constante.

El ciego descubre que le han mentido
La luz no estaba aquí, el color no era éste.
Lo supo por desilusión
y olfato. Ahora
dice que ve. Y tampoco es cierto.




De "En el brillo de uno en el vidrio de uno"(2000)
Irene Gruss


Dice el viento


El viento me habla
me dice "yo susurro yo te golpeo
pero allá, en la ciudad
alguien está esperando para golpearte
y para amarte como un susurro.
Yo voy a darte la charla de los pájaros
de los amigos
(el  mar también suele ser un susurro)
pero allá, en la ciudad
alguien está esperando para hablarte
y callarse.
Yo muevo los árboles, los días, te golpeo,
pero allá, en la ciudad
alguien está esperando para que llegues
y el viento se termine."

De "La Luz en la ventana" (1982)



La soga es el vacío
de donde cuelgo, me aferro
al vacío como la soga segura
de mí. Apenas raspa
cada vez que
me abalanzo o tiemblo, el vacío
sostiene mi forma única
de andar, hay vértigo donde
sobra espacio, mi miedo
se pierde cuando cada hilacha
afloja el sentido
concreto de la perduración. La soga
no depende. He preferido atarme
a eso.

Irene Gruss


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